Era tarde
-de madrugada
cuando su mas exquisito sentido rompió el ambiente. la sola luz de una vela, tenue y distante, alcanzaba.
mordia el humo, como si de eso dependiera su vida.
La luna y el sol bebian cerveza juntos. Los miraba, envidiosos. Sus labios, secos, rotos, comenzaban a sangrar.
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